

- Ultimate Marvel vs. Capcom 3 = 15 de Noviembre de 2011
- The King of Fighters XIII = 22 de Noviembre de 2011
- WWE 12 = 22 de Noviembre de 2011
Trailer KOF XIII:
Fuente:
www.hadoken.net
El BATE Borisov, que empezó con nueve jugadores encerrados en su propia área, no creó ningún tipo de apuro a un Barça que dominó de principio a fin. Los bielorrusos demostraron no estar al nivel del fútbol que exige la Liga de Campeones, y eso cuando juegas contra el campeón se paga aún más caro.
Guardiola recuperó el 4-3-3 situando a Mascherano y Puyol en el eje de la defensa y optando por una delantera con Pedro, Messi y Villa. El técnico decidió hacer rotaciones y en esta ocasión fueron Busquets y Cesc los que empezaran en el banquillo.
Tras un cuarto de hora en el que el Barça estudió como penetrar en una pobladísima área, se puso por delante a los 19 minutos tras un gol en propia de Volodko, que en un primer momento parecía haber marcado Messi. Y es que el argentino salió con mucha pólvora en sus botas, como acabaría demostrando posteriormente.
Dos minutos más tarde, Pedro se encargó de rematar a las redes el segundo gol de la noche tras un medido centro de Villa ante la pasividad de los locales. Ese tanto fue un mazazo para los de Goncharenko, que perdieron cualquier esperanza de hacer algo positivo. El `cerrojazo¿ era su única baza pero los dos zarpazos seguidos hicieron mella en los jugadores y también en su afición.
El Barça, que parece que ya aprendido a no relajarse tras un 0-2, siguió buscando portería con sus largas triangulaciones que desembocaban en las botas de un inspiradísimo trío atacante. En el 37¿, Pedro centró desde la izquierda y tras un error garrafal del meta Gutor, Messi aprovechó para marcar el tercero.
LEO IGUALÓ A UN MITO DEL BARCELONISMO
En la segunda mitad el guión fue exactamente el mismo, con un BATE aún más relajado. Los de Guardiola siguieron atacando y Messi volvió a repetir diana, batiendo otro récord (uno más) al igualar los 194 goles oficiales que marcó el mítico Ladislao Kubala.
Se presumía partido intenso y así lo fue desde el primer instante. Con Alves en punta y con ese 3-4-3 que siempre provoca debate, el Barça se encontraba con un Valencia agobiante, con hambre de balón, dispuesto a sudar sangre por ganar una pelota. Los de Emery mordieron desde el principio y respondieron con la misma moneda a Pep: con un lateral adelantado para lanzar flechazos hacia el área de Valdés. Curiosamente, el mismo lateral que estaba en la misma banda del adelantado Alves.
Era Jeremy Mathieu, el lateral zurdo francés que obligaba a achicar balones a la defensa blaugrana. porque el Barça no se encontraba. El centro del campo tampoco carburaba y un único destello de Messi con servicio a Pedro e inocente disparo de éste no invitaba a reconocer al campeón.
Así que la porfía del Valencia encontró premio en una acción desafortunada de Abidal. Mathieu buscaba a Soldado con su centro y Valdés parecía interceptar ese pase. Sin embargo, el bueno de 'Abi' metió la puntera y en vez de despejar logró el gol que nunca quiso anotar. Delirio en Mestalla.
REACCIÓN INMEDIATA
Golpe en la línea de flotación... que encontró respuesta inmediata. Prácticamente había pasado minuto y medio cuando Cesc encontró con un taconazo a Messi. El de Rosario sacó de su chistera un pase genial con destino a Pedro Rodríguez y el tinerfeño sorprendió a Guaita por su propio palo. El partido quedó igualado tan rápidamente como Guardiola deseaba.
El intercambio de goles no cambió las propuestas de Pep y Unai, aunque la vehemencia de Rami estuvo a punto de cambiarlo todo. El central de Córcega tuvo patente de corso para que Velasco Carballo, el mejor árbitro de la temporada pasada -según los propios árbitros- le perdonara la segunda amarilla y, de paso, obviara en esa acción un penalty sobre Messi. Todo eso pasó dos minutos después de que el propio Rami se ganará la primera amonestación por juego peligroso sobre Cesc.
Y de un posible penalty se pasó a otro gol real. Como si fue el día de la marmota, Mathieu volvió a tocar a rebato. Conectó otro de sus centros con destino a Soldado. El destinatario no llegó, previo fallo de Abidal...pero sí un Pablo Hernández que no remataba tan cómodo ni en los entrenamientos. Totalmente solo, envió el cuero a la red. 2-1 y otra vez a remolque.
La banda izquierda del ataque del Valencia -obviamente, la derecha vista desde la defensa del Barça- parecía la autopista. Puyol tenía que multiplicarse y en ocasiones con el pecho, aunque Soldado reclamó que lo hacía con la mano y se ganó la tarjeta por protestar. Fue poco antes de que el ariete del Valencia, ese que según las estadísticas acertaba mucho entre los tres palos, desperdiciase otro centro magistral de Mathieu, con Valdés batido. Incomprensiblemente, Soldado envió el balón fuera.
Pudo ser un mazazo casi definitivo, pero al final se convirtió en un canto a la esperanza para un Barça que no era pero que podía serlo.
RENUNCIA... MOMENTÁNEA
Visto lo visto, Guardiola cambió de idea al regresar al campo tras el balsámico descanso. Alves regresó a su posición habitual para completar una línea de 4 atrás y evitar los hachazos valencianistas por su banda. En el Valencia, Emery reemplazaba a Albelda -lo que convirtió a Soldado en capitán, perdonen el juego de palabras- para dar entrada a un Tino Costa que tenía la misión de anular a un Xavi que tampoco aparecía.
El Valencia siguió a lo suyo, aunque solo con disparos lejanos de Ever Banega, sin agobios para Valdés. A los de Emery les empezaba a pesar el partido, mientras que el Barça empezaba a tocar y tocar. Sin llegar en los primeros minutos, pero con otras sensaciones.
Guardiola, consciente de ello, decidió regresar al 3-4-3 del principio. Lo hizo después de que realizara un doble cambio, dando entrada a Adriano y a un Villa con ganas de destrozar a su exequipo. Alves volvía a tener galones ofensivos, aunque quien pedía paso era Mascherano, con un disparo casi desde su casa que lamió el larguero.
No tardó Pep en quemar su tercera baza. Thiago reemplazó a Puyol. El hijo de Mazinho estuvo a punto de hacer un roto al equipo che cuando encontró a Messi y éste se entretuvo mucho antes de chutar ante Guaita, quien abortó la oportunidad.
Y llegó el momento Leo-Cesc. Quedaban 13 minutos para el final cuando Messi dio su segunda asistencia letal de la noche. Recibió Cesc y el de Arenys, el del gol por partido, petrificó a Guaita. Un empate buscado, conseguido y merecido por lo que estaba haciendo el equipo de Guardiola en la segunda parte.
A partir de entonces, 'taqui-gol' contra la portería de Guaita. El Barça buscaba el tercero y justificó el bombardeo a falta de dos minutos. Messi encontró a Villa, pero Guaita estuvo de lo más oportunometiendo la mano. En la misma acción, Adriano primero y Messi después marraron. Pegada sin enviar al rival a la lona.
Los cuatro minutos de añadido fueron intensos... pero por la polémica. Tres detalles, tres. Primero, Jordi Alba se fue a vestuarios con roja directa, presuntamente por insultos al asistente. Después, Messireclamó un segundo penalti sobre él en un empujón de Miguel. Y la guinda la puso Velasco, que se 'comió' medio minuto de partido al pitar el final cuando sólo habían pasado tres minutos y medio detiempo extra.
Al final, el Barça sacó un punto de su partido más difícil hasta la fecha, contra un Valencia que hasta ahora lo había ganado todo. El mismo guarismo quinielístico que se registró en Santander, pero con unalectura totalmente distinta. Un punto ganado a ley para un equipo que sigue teniendo todo el crédito del mundo.
Como viene siendo habitual en el arranque de temporada, la defensa azulgrana se llevó un buen susto inicial en las botas de Nino, tras cometer un error Abidal, pero la grada se olvidó rápidamente de lo sucedido cuando en el minuto 4 Leo Messi perforó la meta visitante por primera vez. Busquets abrió el juego hacia el extremo derecho donde se incorporaba Alves, que inmediatamente la puso de cabeza para Messi, que solo tuvo que empujarla con un buen remate en plancha.
El gol abrió el tarro de las esencias del juego ofensivo y empezó a intuirse que las jugadas se sucederían sin cesar. En apenas un minuto, Villa y Messi pusieron a prueba a Andrés Fernández que se mostró muy seguro atajando ambas acciones.
El Barça comenzó a carburar en el centro del campo y la combustión entre los Xavi, Thiago, Cesc, Messi & cía no podía tardar en explotar. Así fue como en el minuto 13 Cesc firmó un espectacular tanto al culminar una gran jugada que nació de las botas de Thiago y donde Messi le regaló al de Arenys un precioso pase picado. El '4' del Barça no dudó en aprovecharlo y realizó una impecable volea cruzada para batir al meta rojillo.
Cesc y Messi, ¡menuda pareja!
Con el segundo tanto la conexión Messi-Cesc entró en acción en reiteradas ocasiones, como en el minuto 25, cuando Leo dejó absolutamente solo a Fàbregas ante Andrés Fernández, pero el intento de vaselina del azulgrana topó con la estatua realizada por el cancerbero visitante. Sin tiempo para reponerse del susto, la defensa rojilla contempló impotente otra gran jugada local. Alves volvió a servir un exquisito centro a Messi, cuyo remate picado de cabeza acabó topando con el palo derecho.
Villa despierta y entra en acción
La sentencia se resistía para el Barça, hasta que en el minuto 34 David Villa firmó el tercero al aprovechar una buena asistencia de Abidal. El 'Guaje' realizó un control orientado, fintó la salida de Andrés Fernández y empujó el balón al fondo de las mallas. Villa se desquitaba así de la 'obligación' de ver puerta y cinco minutos más tarde volvía a aprovechar otra asistencia al espacio para plantarse ante el meta rojillo en solitario. En esta ocasión el portero le ganó la partida, pero su rechace acabó rebotando en las piernas de Roversio e introduciéndose en su portería.
Era el 4-0 y todo hacía pensar que el Barça bajaría las revoluciones a cinco minutos del descanso. Nada más lejos de la realidad. Dos minutos más tarde, en el 41, Messi desató la locura en el Camp Nou al firmar la 'manita' con el quinto tanto local. Xavi, mirando al tendido, envió un balón a Cesc, que caracoleó en el interior del área esperando la llegada de Leo. El de Arenys le sirvió el balón en bandeja y Messi colocó el balón sin problemas a la base del palo, matando el encuentro antes del descanso.
El segundo tiempo fue de menos a más
El Barça dio la impresión de bajar el ritmo en los primeros compases del segundo tiempo a pesar de que Messi dispuso de una gran ocasión en el minuto 50, cuando aprovechó la enésima gran asistencia de Alves para picar el esférico ante la salida de Andrés Fernández, pero su 'cucharilla' topó con la cruceta de la meta rojilla.
Cinco minutos más tarde la jugada se repetiría pero con Leo asumiendo los galones de asistente y con Xavi en el papel de ariete de ensueño. El de Terrassa recordó por momentos a Romario Da Souza al aprovechar un pase de Leo para picar el balón por encima de la salida del meta visitante, realizando una preciosa vaselina y firmando el 6-0.
El Barça se desata con el sexto gol
El sexto tanto espoleó nuevamente a los azulgrana, que se lanzaron en barrena en busca de nuevos goles con los que deleitar a la hinchada culé. Alves, con un cañonazo en el 58, y Messi, aprovechando otro centro del brasileño, dispusieron de dos grandes ocasiones para aumentar la cuenta.
Osasuna las veía venir aunque dispondría de un par de buenas ocasiones en las botas de Nino, pero los goles en la noche de este sábado tenían sello azulgrana. En el minuto 76 el 'Guaje' Villa aprovechó otra gran asistencia de Cesc, tras una acción personal del de Arenys, para regatear al portero rojillo y enviar el balón al fondo de las redes. Era el séptimo pero todavía había hambre de más.
Messi se encargó de culminar el recital azulgrana al firmar el octavo tanto tras realizar una gran pared en la frontal del área con Cesc y aprovechar su asistencia para escaparse hacia la meta rival y firmar el definitivo 8 a 0.
Fuente: