El Barça, como quería Guardiola, recuperó esta noche su sello futbolístico. Y aún así fue insuficiente para superar el planteamiento ultradefensivo de Mourinho y los suyos, expertos en la organización defensiva y en las pérdidas de tiempo. Se jugó poco y sólo al final, tras el gol de Piqué en el minuto 84, se rozó la remontada tan deseada por una afición que se entregó antes, durante y después del partido. El campeón se va por la puerta grande, tras certificar una vez más que es el mejor jugando al fútbol. Sin embargo, serán el Inter y el Bayern los que jugarán la final del 22 de mayo.
Dominio sin peligro
El partido nació y se desarrolló como estaba previsto. El Barça sería el dueño del balón -tuvo hasta un 84% de posesión en los minutos iniciales- y el Inter lo apostaría todo al contragolpe, a la espera de errores de peso en la construcción azulgrana. Sólo Pedro, en dos remates puntuales y desviados, amenazó con algo de peligro. El Inter se sentía comodísimo agazapado. Había impedido al Barça tener ocasiones claras durante media hora. Fue entonces cuando Motta propinó un manotazo en toda la cara a Sergio que le costó la roja directa.
Consecuencias de una roja
La roja a Motta acabó de retrasar al Inter. Eto’o y Milito, sus referencias ofensivas, se convertían en apoyos para Maicon y Zanetti en los laterales. Incluso al contragolpe renunciaban los italianos. Chivu, que entró en el once por la lesión de última hora de Pandev, ejercía ahora de Motta. El entramado defensivo visitante se mantenía intacto y sólo Messi, con un colocado tiro desde la frontal, hizo lucirse a Julio César, cuya única misión era perder tiempo. Al descanso, el resultado era el inicial.
Revolución ofensiva
En la reanudación el encuentro continuó igual. El Inter impedía que el Barça pasara de tres cuartos de campo. No había un solo espacio. Messi no podía jugar en vertical y, sin espacios, sólo podía mirar a las bandas. Y Samuel y Lucio estaban espléndidos en el eje de la defensa. A todo eso, se sumaban las incontables pérdidas de tiempo visitantes. Guardiola cambió el ataque: Jeffren y Bojan por Ibrahimovic y Sergio.
A la desesperada y con Piqué
La ansiedad era evidente en el conjunto azulgrana, incapaz de superar la barrera de diez hombres instalada por Mourinho. Al Barça le pesaba el hecho de jugar sabiendo que necesitaba dos goles y no sólo uno. Y el primero llegó en el minuto 84, cuando Piqué, que ya ejercía de ‘9’, se inventó una maravilla en el interior del área que dejó sentados a Julio César y Córdoba. Era el 1-0 que daba alas al equipo y a la afición. Sin embargo, ya era demasiado tarde. Había vencido el estilo de un rival que en el Camp Nou renunció al balón.
El Barça se ha impuesto a un Xerez amenazante hasta bien entrada la segunda parte. Jeffren y Henry han marcado pronto, pero los visitantes han sembrado la incertidumbre con un gol y un par de ocasiones muy claras. Ibra ha sentenciado en el minuto 55.
Todo el mundo tenía en mente la misión del próximo miércoles, en la que el Barça debe remontar un 3-1 al Inter, cuando se ha presentado al Camp Nou el colista, el Xerez, para disputar un encuentro decisivo para la Liga. El líder, concentrado, se ha adelantado 2-0 en el minuto 23 por medio de Jeffren y Henry, aunque la réplica de Bermejo ha avisado de que no sería un paseo. De hecho, los andaluces han perdonado el empate. El oportunismo de Ibra, coincidiendo con la aparición de Piqué y Messi, ha tranquilizado el ambiente. Superada la trampa, ahora sí, toca pensar en el Inter.
Escenario de gala
Ni el público ni el equipo se han relajado ante la visita del último clasificado. La afición prácticamente ha llenado el Camp Nou y no ha dejado de animar durante toda la calurosa tarde. También sus hombres han salido conscientes de la importancia de los tres puntos. El Barça presentaba una alineación novedosa, sin Messi, recuperando el 4-3-3. Tenía un perfil más recuperador que 'tocador'. Claro que siempre que juega Xavi, el balón circula con velocidad e inteligencia. Y siempre lo tiene el mismo: el Barça. De las botas del '6' ha nacido el 1-0. Un pase interior suyo lo ha pescado Jeffren, que ha driblado a Casado muy hábilmente tras patinar y ha batido al portero Renan con un disparo inapelable (min 13).
Gol de Henry e imprevisto
El vigente campeón jugaba intenso y profundo. No tardaría en marcar el segundo. En el minuto 23, Keita ha asistido a Ibrahimovic para que el sueco regalara el gol a Henry. Los tres puntas se mostraban muy activos. El partido se había puesto muy de cara pronto, pero, a continuación, Bermejo ha recortado distancias al colocar a la cruceta un esférico que había robado a Chygrynskiy. Aunque los seguidores han reaccionado alentando al ucraniano, la diana visitante ha mermado la confianza culé. Durante media hora, el Barça ha perdido precisión frente a un contrario valiente y agresivo.
Messi al rescate
El Xerez se lo creía. Ha arriesgado en la reanudación prescindiendo de uno de los tres centrales con que formaba. Y ha dado dos sustos monumentales de entrada con dos remates, uno de Orellana al recoger un rechace defectuoso de Valdés y otro de Bermejo con la cabeza, que salvó el portero del Barça. El equipo parecía groggie. Para dar la vuelta a la tortilla, Guardiola ha introducido a Piqué y Messi en el minuto 52. Con el mejor futbolista de la Tierra sobre el césped ha vuelto la calma. En el 55, una acción de Touré por la izquierda la culminó Ibra con un toque sutil.
Plácido final
Con el 3-1 el Barça ha incrementado el ritmo, muy bajo en la media hora anterior. Se ha reencontrado con la verticalidad. Lo ha seguido intentando. Renan ha evitado una goleada mayor en un uno contra uno con Ibra (min 85). Sólo la roja a Alustiza por una fea entrada a Messi ha interrumpido la paz. Otra falta tan absurda como innecesaria de Orellana ha provocado que el Xerez acabara con nueve. No ha sido el último rugido del Camp Nou. Al finalizar el partido, los jugadores se han enfundado una camiseta conmemorativa del partido del miércoles. Será otra historia.
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Hará falta una noche mágica en el Camp Nou el 28 de abril. El Inter de Milán se ha impuesto la ida de las semifinales de la Champions por 3-1 y toca una remontada histórica. El Barça se ha adelantado pronto, con un gol de Pedro. Sin embargo, los neroazurri, con un fútbol muy directo, han dado la vuelta al marcador, gracias sobre todo a una reanudación muy inspirada. Los catalanes han apelado a la épica en los últimos treinta minutos. Han dejado claro que lo darán todo para estar en Madrid. El finalista se decidirá en la Ciudad Condal.
Pedro vuelve a aparecer
Ni Mourinho ni Guardiola han colocado ninguna sorpresa en la alineación. Ambos equipos dibujaban un especie de 4-3-3, con mucha movilidad de los atacantes. El respeto del Inter hacia el campeón del mundo era evidente. Le esperaba atrás, mostrándose agresivo y peligroso tras la recuperación del balón en la medular. El Barça, por su parte, dominaba, intentando no cometer errores. Cargaba el juego por la derecha. En una de las primeras ocasiones que ha girado el esférico de lado, una internada de Maxwell ha propiciado el 0-1. El pase de la muerte del lateral brasileño lo ha rematado al fondo de la red Pedro, el hombre de los goles mágicos.
Empata Sneijder
El control era de los azulgrana, superiores en el centro del campo, pero la pólvora de los delanteros interistas estaba lista para explotar en cualquier momento. Ha avisado Diego Milito con un disparo ajustado a la raíz del palo (min 27). A continuación, Sneijder, solo en el área pequeña, recibía de Milito y firmaba el empate. Estos dos hombres han sido una pesadilla para la retaguardia. La verticalidad de los locales le creaba problemas al Barça cuando no tenía el balón. Sólo se sentía cómodo cuando lo recogía Xavi, con cierto espacio para construir.
Fatídica reanudación
El Barça ha empezado con mal pie la segunda parte. En el minuto 48, el Inter ha robado el balón con una más que posible falta sobre Messi y ha construido un contragolpe letal culminado por Maicon. El equipo tenía que reaccionar. Lo ha hecho inmediatamente con un disparo envenenado de Messi desde fuera del área y un cabezazo a bocajarro de Busquets. El portero Julio César ha salvado el 2-2. Más efectivos han sido los italianos. En el 60, Milito en el segundo palo, en posición muy dudosa, ha marcado el tercero y dejaba el Barça contra las cuerdas.
Épica sin premio
La situación era delicada. El Barça necesitaba un gol para lograr un resultado más favorable para la vuelta, aunque también tenía que asegurarse el no encajar más para mantener viva la eliminatoria. Abidal ha sustituido Ibra para cerrar la banda izquierda y buscar el milagro en la última media hora. Este periodo sería un monólogo visitante. El Inter se limitaba a hacer lo que tan buen rédito le había dado: recuperar y enviar balonazos a sus puntas. El Barça se ha volcado, con Piqué descolgando centros. Su coraje casi da un gol que hubiera sido de gloria y bastante merecido por lo visto en las postrimerías.
El FC Barcelona ha arañado un valioso punto de su primera visita a Cornellà-El Prat tras haber jugado la última media hora con diez jugadores por la expulsión de Alves. Ambos equipos han enviado un remate al palo en la primera parte.
Al Barça se le atraganta el Espanyol. En Cornellà-El Prat los equipos se repartieron cada una de las mitades. La primera perteneció al conjunto local, que durante todo el partido practicó un fútbol intenso, muy físico, al límite del reglamente. Y sin embargo fue el FC Barcelona, con Alves como protagonista, el que acabó el partido con diez. El conjunto de Guardiola recuperó sus esencias en una segunda mitad donde puso cerco sin éxito a la portería de Kameni.
Al final hubo reparto de ocasiones claras –un remate al palo de cada conjunto- y también de puntos, una situación que permite al Barça continuar dependiendo de sí mismo para levantar el título, a falta de cinco jornadas para el final. Ahora mismo aventaja en cuatro al Madrid, que juega este domingo.
Mucho derbi, poco fútbol
El inicio del derbi no ha defraudado a nadie y muy rápidamente ha recordado a los anteriores. El Espanyol impedía, mediante una presión intensísima, una posesión cómoda del Barça, que no ha encontrado a Xavi en toda la primera parte. Sólo Pedro, en un centro-chut que ha envenenado un defensa local, ha amenazado con un lanzamiento que se ha estrellado en la cruceta. Sin embargo, el fútbol escaseaba. Las interrupciones se imponían para desgracia visitante.
Valdés, decisivo
El partido se encontraba ahí donde quería el Espanyol. Y Guardiola veía como la continuidad deseada no existía. Los locales se sentían a gusto con balones largos para que Osvaldo y Torrejón los bajaran y amenazaran. Así ha llegado la última ocasión del primer tiempo, un remate del argentino que Valdés y el palo han sacado bajo la línea de gol. Sufría el Barça en Cornellà-El Prat, una olla a presión semejante a los campos ingleses. El juego del Barça sólo podía mejorar en la reanudación.
Alves, expulsado
Y la mejora ha llegado desde el banquillo. Guardiola ha dado entrada a Keita y Henry en lugar de Milito y Touré. El Barça se ha reencontrado consigo mismo y se ha hecho con el balón. El Espanyol empezaba a echarse atrás hasta que en uno de los contragolpes locales Alves ha derribado a Callejón y ha visto la segunda amarilla (min 61). La primera la vio por una acción mucho más rigurosa sobre el mismo protagonista. El partido volvía a cambiar. El esquema azulgrana también: Puyol, central después del cambio, pasaba al lateral derecho y Busquets al eje de la defensa.
Messi lo intenta
El Barça ha continuado con el balón bajo control a pesar de jugar con diez. Messi lo intentaba con sus habituales internadas en vertical, aunque toda la defensa ‘perica’ se le echaba encima en cada acción. A Henry no le llegaban balones y el partido se ha convertido en un querer y no poder del Barça, disconforme con el empate, al contrario que el Espanyol, que con ventaja numérica sólo parecía defenderse. Ni la aportación final de Ibrahimovic ha roto una igualdad celebrada como un título por la afición local tras el pitido final.
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El Barça, con un juego muy vistoso, ha goleado al Deportivo gracias a la puntería de Bojan, Pedro (desde el centro del campo) y Touré. Tres puntos de oro cultivados en una excelente primera parte y certificados en la segunda.
Con buen pie ha empezado la defensa del liderato en la primera de las siete finales de la Liga. Un Barça aún hechizado por el triunfo en Madrid ha asfixiado literalmente el Deportivo de la Coruña. En una majestuosa primera parte, se ha adelantado mediante Bojan y ha estrellado dos balones a la madera. El fútbol culé ha sido atractivo e imparable. De principio a fin. Con una pequeña tregua en la reanudación, rota por una obra de arte de Pedro. A continuación, Touré se ha estrenado para matar el duelo. Es la séptima victoria seguida en Liga, esta, dedicada en exclusiva al lesionado Andrés Iniesta.
Bojan, hacia dentro
Los héroes del Bernabéu han arrancado igual de inspirados de cómo actuaron el sábado. Presentaba un once ofensivo Guardiola, con Jeffren, Bojan, Pedro y Messi -éste más retrasado- delante. Con todo ello, cuando el Barça atacaba, el Deportivo temblaba. Tanto como lo hecho el palo tras el disparo de Pedro (min 8). El equipo había anulado los extremos rivales y los visitantes se han replegado. Se olía el gol del líder. Lo ha firmado Bojan con un toque suave, en el minuto 15, tras un brillante acción colectiva culminada con la enésima asistencia magistral de Xavi.
23 minutos impresionantes
El '6' y, como no, el '10' seguían en estado de gracia. Messi lo ha demostrado con un letal pase interior hacia Jeffren y una vaselina, salvadas ambas por el portero Aranzubia (min 20). Agresivo en defensa, preciso en la combinación, desequilibrante e intenso, el Barça dominaba y tenía encerrado al Deportivo. Una muestra de la confianza azulgrana ha sido la chilena increíble que ha probado Alves y que habría llenado el Camp Nou de pañuelos blancos de no haberse encontrado con el larguero (min 23).
Pequeña tregua
El fútbol de los locales era delicioso. La superioridad, total. Pero faltaba un segundo gol para plasmarla. Bojan lo ha tenido en un centro de Jeffren que ha cazado con la izquierda demasiado forzado. El deleite barcelonista sembraba el pánico entre los embotellados jugadores deportivista. Milagrosamente han mantenido un corto 1-0 al descanso. Un buen negocio porque el juego del Barça ha perdido frescura en la reanudación. Incluso ha habido un intercambio de golpes a balón parado, con remates de Márquez, por un lado, y de Riki, por el otro.
Don Pedro
A pesar de una nueva oportunidad de Pedro (min 63), el Deportivo se lo empezaba a creer. El equipo no tenía suerte. Un disparo de Messi lo ha salvado Laure cuando Aranzubia ya estaba batido. La incertidumbre se ha acabado con un golazo inolvidable de Pedro. El canario ha conectado desde el centro del campo un rechace defectuoso con el pie de un adelantado Aranzubia y el esféricao ha entrado muy ajustado. El Camp Nou ha coreado su nombre unos minutos, así como el de Iniesta. Un detalle muy bonito.
La hora del reconocimiento
Ha vuelto a coger carrerilla el Barça. A continuación, Touré se ha apuntado el tercero con un cañonazo tras recoger un servicio de córner. Era el momento de olas y homenajes desde la grada. Ensordecedor ha sido el que ha llevado Xavi cuando ha sido sustituido (min 73). Igual de merecido, el de Valdés al bloquear un lanzamiento de Guardado. Y, finalmente, muy significativos han sido los aplausos de la afición tras el pitido definitivo. Se lo había pasado bien. Este Barça se gusta y hace disfrutar.
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Messi es un hombre tranquilo. Es aconsejable no enfadarle. Después de 29 minutos de nada, una decisión ridícula del árbitro -que ya había mostrado amarilla a Messi- provocó las protestas de los jugadores del Barcelona. Messi estaba enojado , gesticulando al árbitro con el dedo. Apenas un minuto después, Sergio Ramos cargaba con violencia innecesaria contra La Pulga, derribándola.Enfadaron a Messi. Pared con Xabi, Messi entra el área ,control con el pecho, regate magistral, remate ante Casillas, gol del Barcelona.
No enfaden a Messi. Hasta ese momento el clásico había sido rehén de la táctica. No había pasado absolutamente nada. El Madrid intentaba poner presión a Alves cambiando de banda a Cristiano, Marcelo intentaba llevar el ataque de su equipo. Cada entrenador movía sus fichas en un aburrido juego de ajedrez que impedía ver el fútbol.
El gol abrió un poco el partido, no demasiado. El Real Madrid estaba enredado en su propia maraña defensiva y lo único que pudo montar en ataque en toda la primera parte fue un contragolpe que se deshizo como una bicicleta sin tuercas.
Así terminó la primera parte.Un destello de Messi y nada más.
Otro consejo, esta vez para los defensas. No digan a la prensa que saben como parar al argentino. Especialmente cuando no es verdad.
La segunda parte devolvió el sopor al partido. Marcelo era el mejor del Real Madrid y ni Messi ni Cristiano recibían el balón. El Barcelona jugaba a base de pases largos, algo que nunca ha hecho. El Madrid robaba para volver a perder. Así una vez y otra vez más. Pellegrini aumentó la guardia pretoriana que acompañaba a Messi. Tres hombres cada vez que entraba en contacto con la pelota.
La ecuación es bastante simple, si hay tres pendientes de Messi... ¿quién está con Pedro?. Dos toques solamente, uno de Xavi al hueco, Pedro que encuentra la espalda de la defensa, un pase largo, metros por delante, Arbeloa persiguiéndole y antes de que le derribara ya había puesto el balón en el lugar que más duele. El fondo de las mallas.
Reaccionó el Madrid, dos disparos lejanos que Valdés detuvo sin problemas, una oportunidad de gol para Van der Vaart que no podrá olvidar en varios días y las opciones a balón parado que Cristiano no podía convertir.Todo se estrellaba en Valdés.
El árbitro, del que nadie se acordaba por aquel entonces, decidió volver a cobrar protagonismo, olvidando expulsar a Sergio Ramos dos veces en apenas dos minutos.
Cristiano, por su parte, perdió la oportunidad de marcar y Pellegrini, en acto de desesperación dio entrada a Raúl. El Real Madrid, que veía el minuto 70 en el marcador reaccionó y fue entonces cuando empezamos a ver un auténtico clásico.
Messi volvió a inventarse una colaboración con Xabi y Casillas evitó el tercero. El Real Madrid se lanzó al ataque olvidándose de Messi, de Xavi y el juego empezó a adquirir velocidad. El Madrid pidió pelea y el Barcelona aceptó.
El desgaste fue para el Madrid y el Barcelona empezó a tocar, a buscar espacios, a los pequeños, las bandas, el centro, y otra sensacional jugada de Messi volvió a encontrase con Casillas.
Pellegrini decidió hundirse con el barco. Benzema entraba en el minuto 80, justo cuando Milito, lesionado, se retiraba del campo. El público no estaba demasiado contento con la decisión de retirar a Higuiaín, pero el público a estas alturas había dejado de entender muchas cosas. Guti y Raúl estaban en el campo, pero los que mandaban eran Iniesta y Xavi. Cristiano estaba jugando, pero el que brillaba era Messi.
Los pequeños seguían recibiendo golpes. Pedro e Iniesta sufrían patadas, empujones y codazos cada vez que tocaban el balón, pero seguían en la pelea. El Madrid empezaba a perder los nervios. Xabi Alonso y Garay daban patadas a todo lo que se movía y el público empezaba a abandonar el estadio. Era el minuto 84. Las cosas no habían ido como esperaban. La historia de este año en el Madrid.
Las 12 victorias en los 13 partidos que el Mallorca había disputado en casa avalaban al ONO Estadi como una plaza muy dura. Y, ciertamente, el Barça ha tenido que trabajar mucho de principio a fin para conquistarla. Sin Leo Messi de entrada, ha controlado con paciencia y bastante comodidad en el primer tiempo, salvo dos lanzamientos al palo del Mallorca al inicio y el final del período. La posesión era azulgrana y la mayoría de las aproximaciones, también. El encuentro se ha decidido en el segundo acto. Concretamente en el minuto 63, con el tercer gol de Ibra en tres partidos de Liga. Una diana que vale un liderato, de momento provisional.
Doble susto
Rápidamente el Barça ha tomado conciencia de que la visita al Ono Estadi es una de las más comprometidas del campeonato. Apenas en el minuto 2, el Mallorca ha advertido con un doble remate mortífero. El primero, de Aduriz, se ha estrellado en el palo, mientras que el segundo, de Castro en el rechace, lo ha desviado un felino Valdés. Tras este arranque amenazante, el conjunto azulgrana -hoy de completamente de amarillo- ha conseguido llevar el partido hacia donde le convenía. Desde el control, ha hecho que los de Manzano retrocedieran y, en consecuencia, que sus rápidos puntas se desconecten.
Dominio y ocasiones
Con el balón suyo sin discusión, el Barça se ha plantado con cierta claridad a los dominios de Aouate. Así ha llegado un gol anulado a Pedro por fuera de juego y un cabezazo de Milito salvado por el portero mallorquinista cuando ya entraba. Los atacantes culés se mostraban móviles y entraban en escena con facilidad. Ibra ha construido dos acciones neutralizadas nuevamente por Aouate. También Jeffren, la sorpresa de la alineación, ha tenido una de buena con un lanzamiento con la izquierda que ha dibujado una extraña parábola (min 27).
El primer tiempo se consumía con la sensación de que el equipo había dejado escapar una buena oportunidad para adelantarse. Y lo ha estado a punto de pagar justo antes del descanso, con una falta directa de Borja Valero que ha vuelto a chocar con el palo.
Matador Ibra
El dominio barcelonista se ha acentuado en la reanudación. El Mallorca estaba embotellado en su territorio. Sólo faltaba batirle. Con este objetivo ha entrado Messi por un 'tocado' Iniesta. El 0-1 no se ha hecho esperar mucho. Pero no ha llegado como suele ser habitual, fruto de combinaciones, sino a balón parado. En el minuto 63, un oportunista Ibrahimovic ha marcado al aprovechar un balón que había dejado muerto Aouate tras un toque de Puyol. El gol del sueco originaba un nuevo panorama para la última media hora.
Persistencia de líder
El Mallorca ha tenido que abrirse forzosamente. El Barça, por su parte, ha añadido creatividad en el centro del campo, con el reaparecido Xavi y Jonathan. El partido se ha roto en las postrimerías. Messi ha tenido la sentencia con un esférico que ha robado él mismo, aunque ha definido demasiado alto. Los locales han buscado el empate a la desesperada a través de su especialidad: la estrategia. No sin sufrimientos y dosis de incertidumbre final, el Barça ha resistido con una defensa colosal y ha sumado tres puntos más. Eran vitales. Le sitúan provisionalmente líder.
Arsenal 2-2 Barcelona (31-03-2010)
El Barça ha obtenido un excelente marcador del campo del Arsenal en la ida de los cuartos de la Champions. Dos goles de Ibra han adelantado a los azulgrana en una sublime primera hora de juego, pero el Arsenal ha puesto las tablas al final.
Se esperaba mucho del primer asalto entre Arsenal y Barça en los cuartos final de la Champions y no ha decepcionado las expectativas. Sobre todo por las prestaciones de los catalanes. En el minuto 17 ya habían chutado doce veces, sin embargo, increíblemente, no ha podido adelantarse hasta la reanudación con dos grandes goles de Ibrahimovic. En la primera hora, el vigente campeón ha aplastado a los ingleses con una posesión que rozaba el 70%. Cuando menos se le esperaba, el Arsenal ha renacido con dos tantos que lo dejan todo abierto para la vuelta, en la que no estarán los sancionados Puyol (expulsado), Piqué y Cesc.
Barça imperial
El ritmo que ha impuesto el Barça ha sido trepidante. Su presión asfixiaba el Arsenal, incapaz de controlar el balón. Con Messi entre líneas, el equipo ha intimidado el Emirates Stadium con tres aproximaciones clarísimas antes del minuto 10. Almunia ha sido providencial en los disparos de Busquets y Messi y el de Ibra se ha ido al lateral de la red. El momento que mejor ha escenificado la superioridad ha sido el triple uno contra uno que Almunia ha salvado ante Ibra, Xavi y Messi a bocajarro (min 13). Parecía increíble que el Barça aún no estuviera ganando. Piqué, con un cabezazo demasiado centrado, ha terminado de enmudecer el estadio (min 17).
Dominio azulgrana
La primera señal de vida del Arsenal se ha percibido con un disparo envenenado de Nasri (min 23). Este lanzamiento llegaba después de doce de los visitantes. El Arsenal tomaba oxígeno cuando intervenían sus extremos, por lo que le ha supuesto un duro golpe la lesión de Arshavin (min 27). La pequeña tregua de la avalancha del Barça ha terminado cuando ha vuelto a aparecer Messi por el centro. La asistencia del argentino la ha disparado fuera Ibra desde la frontal (min 33).
El desencanto londinense en la primera parte ha culminado con la pérdida de Gallas por problemas físicos y la tarjeta a Cesc que le impedirá jugar la vuelta. Las cosas pintaban francamente bien para los jugadores del Barça, aunque se retiraban a los vestuarios con sabor agridulce por las oportunidades desaprovechadas en el cuarto de hora inicial.
Golazo de Ibra
La embestida culé ha vuelto a golpear fuerte en la reanudación. El gol que tanto había merecido lo ha encontrado en la primera jugada de la segunda parte. Ibrahimovic ha impartido justicia con un toque magistral por encima de Almunia después de un largo pase de Piqué. Seguía llegando bien el Barça, que ha vuelto a acercarse con dos disparos de fuera del área. El Arsenal, por su parte, ha avisado con un cabezazo des de la pequña de Bendtner que ha desviado un monumental Valdés.
0-2 y despierta el Arsenal
Los centrocampistas del Barça se sentían muy cómodos sobre el terreno de juego, un sinónimo de sentencia para el rival. En el minuto 59, Ibra ha recibido otro balón mágico, ahora de Xavi, y lo ha colocado en la escuadra izquierda de Almunia. Londres estaba viendo la mejor versión del equipo de las Seis Copas hasta que la entrada de Walcott ha resucitado al Arsenal. El '14' de los gunners ha ganado la espalda a Maxwell y ha batido a Valdés con un tiro cruzado (min 69). En plena resurrección de sus hombres, el público ha ovacionado el regreso de Henry (min 75).
Empate final
El guión había cambiado. El Barça tenía menos frescura. Ahora era el Arsenal quien insistía y ha empatado en el minuto 84 por medio de un penalti provocado y ejecutado por Cesc. La acción ha significado la expulsión de Puyol y la lesión del centrocampista de Arenys. El empate a dos es un excelente resultado para los intereses culés, aunque le acompaña un sabor agridulce por lo visto en la primera hora de partido. Decidirá el Camp Nou.
Barcelona 4-1 Ath. Bilbao
Lo mejor de este Barça es que, juegue quien juegue, no se mueve ni un milímetro de su guión habitual. Los grandes equipos se miden por los pequeños detalles, y el Barça, una vez más, supo hacer de la necesidad virtud. Cualquier equipo se hubiera venido abajo si cinco minutos antes del partido perdiera a su goleador por lesión. Zlatan Ibrahimovic fue descartado 'in extremis' por culpa de unas inoportunas molestias en el sóleo derecho. Para otros equipos esto hubiera sido una tragedia. Pero para este Barça, no. Su apuesta por el fútbol de ataque, rápido y al primer toque, es único e innegociable. ¿Que no está 'Ibra'?. Pues entra Bojan. Y marca por partida doble. ¿Que no está Alves, sancionado?. Pues Puyol pasa al lateral... y da un pase de gol, como el brasileño. ¿Que el de La Pobla no puede jugar de central?. Pues entra Chygrynskiy, junto a Piqué. Y el ucraniano aprovecha su oportunidad para intentar convencer a los escépticos. Y así podríamos seguir un buen rato. El caso de Xavi es un ejemplo más. El de Terrassa, recién recuperado de una lesión, no entró hasta la segunda mitad... y eso que Guardiola todavía no puede contar con Iniesta, a quien los culés esperan como agua de mayo para el derby del próximo sábado ante el Real Madrid.
El Barça se presentará en el Bernabéu con un expediente inmaculado. Que lo haga como líder o no -todo dependerá de lo que haga el equipo blanco este domingo (19.00 h) en campo del Racing- es pura anécdota. La Liga sigue estando en sus manos. Depende de sí mismo para ganarla. Y eso es lo más importante. Razones para soñar con revalidar el título las hay más que de sobras. Y más viendo lo que pasó en el Camp Nou...
Jeffren se estrena
Sin brillar tanto como el pasado miércoles en Londres -eso es casi imposible-, el Barça resolvió con solvencia su pulso con el Athletic. Esta vez, los 'leones' fueron los 'cachorros' de Guardiola. Se los comieron vivos. Ahí está el caso de Jeffren. El venezolano fue una de las muchas sorpresas del once azulgrana. Y no falló. El 1-0 fue obra suya: su primer tanto en partido oficial. Messi inició la acción en la frontal, abrió a la banda para Abidal -que reaparecía tras dos meses de baja por lesión-, el francés se internó en el área, centró... y Jeffren, solo en el segundo palo, marcó a puerta vacía. Su alegría, de todos modos, no pudo ser completa: en la segunda mitad fue reemplazado por Pedro, por una sobrecarga en los gemelos.
Recital de Bojan
Pocos como Bojan Krkic necesitaban un partido así. El de Linyola se sacó la espina de su habitual suplencia realizando un gran partido y marcando dos dianas llenas de velocidad y astucia. Puyol recuperó el esférico en los tres cuartos del campo, y se lo cedió a su paisano, que solo ante Gorka le batió con un chut raso y ajustado al poste (2-0, 40'). Segundo remate suyo a puerta, primer gol. Más efectividad, imposible...
El festival siguió en la reanudación. Tras unos compases iniciales de dominio de los 'leones', Bojan sentenció marcando el 3-0 en el 58', remachando con un potente trallazo un pase desde la banda -otra vez- de Abidal. El francés y Maxwell, que esta vez jugó más adelantado de lo habitual, fueron una garantía por la izquierda. Fue el tanto de la tranquilidad, que despertó la euforia en la grada. No había para menos.
Messi, lanzado hacia la Bota de Oro
También necesitaba Messi reencontrarse con el gol para seguir aspirando a la Bota de Oro al mejor goleador europeo. Y sumó uno más. Ya lleva 26 en 30 jornadas de Liga. El argentino marcó el 4-0 en el 66', culminando en el área pequeña un centro desde la derecha de Pedro.
El Athletic marcó el tanto del honor a un cuarto de hora del final, aprovechando una pérdida de balón de los locales en la media. Susaeta se internó solo por velocidad, y superó a Valdés a la contra, sellando así el 4-1 definitivo.
El Barça dispuso de oportunidades más que sobradas para que el resultado fuera mucho más amplio. El Madrid de las once victorias consecutivas no logrará, por tanto, abrir brecha. Es más, si no gana en El Sardinero, perderá su liderato. El derby del próximo sábado, diga lo que diga Guardiola, puede valer una Liga...
Fuentes:
www.fcbarcelona.com
www.sport.es
