viernes, 26 de agosto de 2011

Messi & Cesc versión 2.0 (FC Barcelona 2-0 Oporto)









Fue la noche de Cesc... y de Leo Messi. El argentino, que ya fue decisivo en la Supercopa de España dejando KO al Real Madrid con sus tres goles y sus dos asistencias mágicas a Villa e Iniesta, volvió a resultar determinante para que los de Pep Guardiola se proclamaran campeones, esta vez de la de Europa. No es un título más, no. Ni uno cualquiera. Porque, con él, los azulgranas ya suman un total de 18 en su palmarés europeo. Una cifra que les convierte en el equipo más laureado del fútbol continental. Más que el Milan, más que el Madrid, más que nadie.

El Barça se sobrepuso a todos los obstáculos que se encontró en su camino. Algo que se ha convertido en habitual desde que Guardiola llegó al banquillo hace tres años. 13 títulos de 16 posibles ha sumado desde entonces. Esta vez, sus adversarios fueron dos: el pésimo estado del césped del estadio Louis II de Mónaco... y, por supuesto, la calidad de un Oporto que demostró el por qué de su condición de campeón de la Europa League. Los portugueses plantearon un duelo de tú a tú, atrevido y valiente. Y su planteamiento y su presión se le atragantaron a un Barça que empezó pasándolo mal.

Sufrimiento inicial

Sin Puyol ni Piqué, lesionados, Abidal y Mascherano ejercieron de 'jefes' de la defensa como centrales. Les costó asentarse. En apenas diez minutos, Hulk, en dos ocasiones, y Moutinho, estuvieron a punto de batir a Valdés. Pero sus disparos salieron rozando los palos. El Barça controlaba la posesión, pero el balón circulaba con lentitud. Xavi e Iniesta, voluntariosos, poco podían hacer para remediarlo con una hierba así. Así, la única oportunidad culé en la primera media hora fue una vaselina de Pedro en el área, que a punto estuvo de sorprender al meta Helton (10'). Pero se fue alto. Y en el 37', Xavi obligó a lucirse a Helton con un trallazo desde la frontal después de una gran internada de Adriano por la izquierda.

Leo nunca falla

Todavía no había despertado la fiera. Todavía no había entrado en acción el hombre que, un día antes, había sido elegido por la UEFA mejor futbolista de Europa de la temporada pasada. Leo Messi. Hubo una acción que pareció ejercer un efecto catártico en él. En el 28', el argentino fue objeto de una fuerte entrada de Otamendi y, tras la misma, decidió cambiarse las botas. Y, diez después, marcaba el 1-0. Un gol con genialidad 'marca de la casa'. Todo empezó en lo que podía haber sido un contragolpe del Oporto. Guarín inició la jugada, pero cedió el balón atrás desde fuera del área hacia su portero. No vio que por allí se encontraba Leo Messi, aparentemente despistado. Y el '10' resolvió de forma magistral. Solo ante Helton, le dribló con un quiebro imposible -por un momento fue como si se 'disfrazara' de Romário-, y marcó a placer. Tan fácil en apariencia, tan difícil en realidad...

Cesc, un gol en diez minutos

El Oporto no se rindió a pesar del tanto, y el Barça continuó sufriendo en la segunda mitad. La salida de los portugueses tras el descanso fue fulgurante: en el 51', Abidal, providencial, desvió por pelos un obús de Moutinho desde la frontal; y en el 54', Valdés se lució a disparo de Guarín. Villa, poco acertado, perdonó el segundo en el 55', pero Helton le adivinó la intención. El asturiano no tuvo su noche, y acabó cediendo su sitio a Alexis. El chileno dispuso de media hora para demostrar su calidad. Y Cesc, que entró en el 80' por Pedro, apenas diez minutos. Suficientes para volver a marcar, como ya hizo el pasado miércoles en el Gamper.

Cesc dio la tranquilidad al Barça cuando más apretaban los lusos. Y poco después de que éstos reclamaran penalty por un posible derribo de 'Abi' a Guarín en el área. Mientras tanto, Messi seguía haciendo de las suyas, y llevando por el camino de la amargura a sus marcadores. Y por la senda de la gloria al Barça. De sus botas nació el 2-0, casi al filo del final. El '10' se sacó de la chistera un pase increíble desde el vértice del área. Y Cesc, entrando como una exhalación, marcó el segundo a bocajarro. Como hacían cuando eran niños en las categorías inferiores del Barça, antes de que el Arsenal les separara. Hoy vuelven a estar juntos. Y sumando más títulos. De momento, ya van dos. Y la temporada acaba de comenzar. ¡Esto promete!.

Fuente:
www.sport.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario