lunes, 22 de agosto de 2011

¡Cesc... pectacular! (FC Barcelona 5-0 Napoles)




¿Cómo iba Arsène Wenger a poner fácil su traspaso?. Tres largos años, tres, le costó al club azulgrana vencer las reticencias del entrenador del Arsenal para repescar a su 'joya' de la cantera. Y ponerlo a jugar de nuevo junto a Piqué y Messi, con quienes compartió vestuario siendo un juvenil, y el resto de un equipo que esta temporada promete emociones tan fuertes como las tres anteriores.

Como marca la tradición, el Gamper, el clásico torneo de presentación de los azulgranas ante su público, sirvió para ver en acción a sus nuevas estrellas. Los pocos minutos de Cesc en a Supercopa ante el Madrid supieron a poco. Pues bien, esta vez los culés disfrutaron al máximo con él. Y con todos sus compañeros. El once inicial volvió a ser una inusual mezcla de chicos del filial y estrellas del primer equipo. De jóvenes como Montoya, magnífico en el lateral derecho o el recién llegado Femenía como mediapunta. O de los ya consolidados Fontàs, como central, y Thiago en la media.

La fiesta veraniega del Barça comenzó con susto, ya que Maggio, en a los 7 minutos, obligó a lucirse a Pinto con un remate a bocajarro. Y en el 10', el árbitro Pérez Izquierdo, anuló un espectacular tanto de chilena de Cavani por fuera de juego. Por suerte, quedó en anécdota. Porque, en cuanto los de Guardiola se pusieron las pilas, fueron muy superiores a un rival que, esta campaña, se clasificó por la vía directa para la Champions en Italia.

Cesc empezó su recital probando una vaselina imposible desde la frontal, pero el meta De Sanctis -uno de los mejores de su equipo, por cierto-, le adivinó la intención (9'). Poco después, en el 18', recibió una asistencia de Iniesta, y se plantó solo ante el cancerbero italiano. Y a la tercera, fue la vencida. Porque, en el 25', no perdonó. El manchego volvió a iniciar la jugada, Adriano, convertido en extremo, se internó por la izquierda en el área... y, antes de llegar a la línea de fondo, centró. Y Cesc, a puerta vacía, sólo tuvo que empujar el balón a la red (1-0).

Y a partir de ahí llegó el carrusel de goles. El 2-0, en el 31', fue obra de Keita. Y nació fruto de otra genialidad de Iniesta. El '8' elevó el esférico por encima de la defensa, y el de Mali, completamente desmarcado, cabeceó a placer.

No fue la noche de Villa, a pesar de que el asturiano, muy participativo, tuvo dos inmejorables ocasiones poco antes del descanso. La primera, en el 38', fallando a bocajarro un gran pase de Adriano. Y la segunda, en el 45', cuando Aronica sacó sobre la línea de gol su remate después de una asistencia de Cesc.

La superioridad del Barça en la segunda mitad fue aplastante. Entró Pedro y el canario no perdió el tiempo. En sólo dos minutos (47' y 49') estrelló dos remates en el poste. Y en el 62', marcó el 3-0. Messi envió una falta al larguero -De Sanctis tocó lo justo para que desviarla-, pero el rechace llegó a PR17, y éste lo cabeceó a la red.

Poco antes, en el 57', hubo cambio de cromos. Y qué cromos. Se fue Cesc y entró Messi. Dos cracks que ya dejaban con la boca abierta a todos cuando jugaban juntos de niños en el Barça, y que esta vez no coincidieron en el campo. El argentino tomó su relevo como figura indiscutible del partido.

Para Leo, tampoco hay amistosos que valgan. Cada partido es como una final. Y el Gamper no iba a ser menos. Dos goles le marcó el '10' al Nápoles. El 4-0, tras una larguísima combinación iniciada por Xavi, y en la que Pedro le dejó el tanto en bandeja (65'). Y el 5-0, en el 77'. Abidal asistió en profundidad y Messi, de chut raso y cruzado, volvió a batir a De Sanctis. Fue la manita que puso la guinda a la gran fiesta del Gamper.

Fuente:
www.sport.es

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