Cesc hizo de Messi
No jugó de inicio Messi. Ni Villa. Ni tampoco Iniesta. Ni Abidal, ni Mascherano, ni siquiera Carles Puyol, que regresaba al banquillo tras más de medio año marcado por las continuas lesiones. Con el Milan en el horizonte, Pep Guardiola les dio descanso para reservarlos de cara al 'maratón' de partidos que les esperarán a partir de ahora entre la Liga y la Champions. Su ausencia no se notó en la primera mitad. Pero en la segunda el Barça se complicó la vida...
Se complicó la vida, sí. Y de qué manera. Lo que empezó siendo un camino de rosas en Anoeta acabó siendo uno de espinas. El Barça lo tenía todo controlado. Tanto, que a los once minutos ya ganaba por 0-2. Y buena parte del mérito cabe atribuírselo al que, sin duda, está siendo el fichaje estrella de la temporada: Cesc Fàbregas. El 'ex' del Arsenal cumplió a la perfección como falso '9'. Una posición a la que ya empieza a acostumbrarse, puesto que ya la ocupó con éxito -también marcó- en el duelo de la jornada pasada ante el Villarreal (5-0).
0-2 en un abrir y cerrar de ojos
El de Arenys fue parte activa en la jugada del 0-1.Su pase en profundidad, después de una rapidísima triangulación con Xavi y Alves, dejó completamente solo a Alexis ante Bravo. Y el chileno, solo ante el meta local, demostró su generosidad cediendo el esférico a Xavi. El de Terrassa, a puerta vacía, sólo tuvo que empujarlo a la red.
La Real Sociedad apenas tuvo tiempo de sacar de centro, ya que dos minutos después, en el 11', Cesc marcaba el 0-2. La jugada se inició con otra combinación de 'tiqui-taca' marca de la casa. Xavi combinó con Cesc, Cesc asistió en profundidad para Pedro. El canario remató solo ante Bravo, el meta donostiarra despejó... y Cesc, que había iniciado la acción, la acabó marcando a placer, llegando desde atrás.
El Barça noqueó a la Real Sociedad en una primera mitad impecable. Desarmó como quiso su defensa adelantada, rompiendo una y otra vez el fuera de juego. En el 15', una acción calcada a la del 0-2 no terminó en el tercero de milagro. Pero no supo dejarla KO, porque luego le permitió que se levantara.
Alexis se lesiona y estará más de un mes de baja
A la media hora llegó la primera mala noticia: Alexis se lesionó. El chileno recibió una fuerte entrada de Estrada y enseguida notó un pinchazo en la parte posterior del muslo derecho. Resultado: rotura muscular en los isquiotibiales. Diagnóstico: entre seis y ocho semanas de baja. Abandonó el campo en camilla y fue sustituido por Villa.
Los de Guardiola siguieron gozando de ocasiones -en el 37', Pedro falló un mano a mano ante Bravo tras un magnífico pase desde la media de Cesc, esta vez ejerciendo de '4'-. La Real no daba señales de vida. Su primer remate no llegó hasta el 44', cuando Valdés detuvo un peligroso remate de Xabi Prieto.
Agirretxe y Griezzman, letales
Pocos podrían pensar en lo que iba a llegar tras el descanso. Cómo cambió todo. El Barça fue otro. Como la noche y el día. Se durmió, bajó la guardia, y lo pagó caro. Agirretxe, peligrosísimo, volvió a avisar en el 46'. Y tanto fue al cántaro a la fuente que al final se rompió...
Y se rompió por la falta de tensión de un Barça que se confió demasiado. El 1-2 llegó en el 59'. A la tercera fue la vencida y Agirretxe acortó distancias cabeceando desde el punto de penalty un buen centro desde la derecha de Xabi Prieto. Y, al igual que sucedió en la primera mitad, pero con los papeles invertidos, sin apenas darse cuenta los de Guardiola se vieron con el segundo en contra.
Sólo un minuto transcurrió entre el 1-2 y el 2-2. El segundo llegó tras una pésima cesión desde la media de David Villa a Víctor Valdés. Incomprensible. Agirretxe, otra vez, interceptó el balón, se quedó solo ante el portero de L'Hospitalet y remató al larguero. El rebote lo aprovechó Griezzman para cabecear a la red.
Fue entonces cuando Pep Guardiola dio entrada a Leo Messi, que sustituyó a Thiago. El argentino dispuso de media hora para buscar la reacción. Los compromisos de su selección en los últimos días parecieron pasarle factura. Lo intentó todo, hasta la extenuación, pero luchó solo contra el mundo. Probó el disparo de todas las maneras, desde fuera del área, desde dentro -en el 70' obligó a lucirse a Bravo-. Pero el Barça se acabó consumiendo. Tanto, que aún tuvo suerte de que los donostiarras perdonaran dos claras ocasiones con el tiempo casi cumplido. Messi buscó el milagro, pero lo único que consiguió fue ver una amarilla al final por simular un penalti. Lo que empezó como un sueño, acabó siendo una pesadilla.
Fuente:www.sport.es
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