El Barça ha cumplido la máxima de justicia futbolística al imponerse al Villarreal a base de buen juego y coraje. Se podría decir que ha sido un partido con tres fases bastante bien definidas. Los maravillosos 25 minutos iniciales del Barça, con diana incluida de Villa, se han diluido por culpa de un fuera de juego inventado a Messi, previo al gol visitante. Aquellos instantes de desorden -los inmediatamente anteriores y posteriores al 1-1- han sido los mejores para el Villarreal. El resto de encuentro ha sido un monólogo del vigente campeón. Así, la segunda mitad no ha tenido color. Messi, por partida doble, dictaría sentencia.
Imparable Barça; genial Villa
La salida del Barça ha sido imponente. Dominaba, movía el balón con criterio y velocidad, dejando excitantes detalles técnicos, y presionaba al Villarreal hasta reducirlo en su territorio. Sólo echaba en falta desequilibrio en los metros decisivos y un gol que se le ha resistido veintiún minutos. Más de lo que se merecía porque, en el 13, Diego Alves ha salvado milagrosamente un cabezazo a bocajarro de Messi a centro milimétrico de Alves. Poco después, Villa ha culminado un contragolpe con una categoría descomunal.
Del 2-0 al 1-1
Pero a veces parece como si el fútbol no entendiera de justicia y, a continuación, el Barça sería castigado de manera cruel. En el minuto 25, Messi y Pedro arrancaban como cohetes hacia Diego López con todo a favor cuando han sido detenidos por un fuera de juego inexistente. Luego, con los jugadores azulgranas aún desconcertados, Nilmar ha firmado el 1-1 con una brillante jugada personal. El submarino amarillo se las había arreglado para plantar cara. Principalmente gracias a la buena colocación y a la rapidez de sus puntas. El golpe psicológico había hecho daño al Barça, que por momentos ha perdido el control.
Xavi y Messi, los más listos
No ha sido hasta que el equipo y el público se han olvidado del árbitro que se ha restablecido la dinámica inicial. Al descanso se llegó con los locales insistiendo y con una sonora pañolada de los seguidores hacia el colegiado. El intermedio ha enfriado el ambiente, aunque la afición culé analizaría con lupa las futuras decisiones de Delgado Ferreiro. El comienzo del segundo tiempo recordaba al del primero. El juego del Barça, a contrarreloj, volvía a ser muy intenso. Y cada vez asumía más riesgos. Un gol de pillos ha desatascado el duelo. Xavi ha servido una falta en la frontal hacia Messi quien, tras combinar con Pedro, ha batido a Diego López con un toque sutil con la derecha.
Festival culé
Rugía el Camp Nou, encantado con el hambre de victoria de sus hombres. En la medular, Busquets, Iniesta y Xavi se gustaban y hacían disfrutar. En el último cuarto de hora Guardiola ha introducido la fortaleza de Keita para ganar en consistencia. La retaguardia azulgrana, capitaneada por Puyol, el hombre de los 500 partidos, no admitiría más sobresaltos. Y por si acaso, Leo Messi, rozando el 'off-side ', redondearía el triunfo con el 3-1 definitivo que daría paso a la ola en las gradas. Así pues, el gol legal que se le ha negado en el minuto 25 (y que posiblemente habría cerrado el partido) lo ha podido celebrar más tarde por duplicado. Sí, a veces, el fútbol es justo.
Fuente:
www.fcbarcelona.com
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