El Madrid de Mou formó con lo más parecido a su once de gala, es decir, Casillas, Ramos, Pepe, Carvalho, Marcelo, Alonso, Khedira, Di María, Ozil, Cristiano Ronaldo y Benzema. Y con ese once salió como si se jugara la final de la Copa, mordiendo, atacando. Suyos fueron los primeros minutos, incluso la primera parte. Incluso Özil adelantó a los blancos tras culminar una buena pared con Benzema (1-0, 12').
La presión del Madrid asfixiaba al Barça que sufría en la salida, no encontraba la manija con un Thiago desorientado y notaba en exceso la falta de preparación. En cambio el Madrid se sentía fuerte y se empleaba con contundencia ante un Barça en el que solo Alexis sacaba pecho con descaro y evidenciando buen tono físico. Una prueba del desbarajuste es que hasta el minuto 23 no consiguió el Barça sacar un balón claro desde atrás. Para desespero de Pep y los suyos en el banquillo.
Mientras, en el campo, un excesivo Khedira le ponía la plancha de su bota a Abidal en la cara pero no fue hasta que agarró a Thiago que vio la primera amarilla, amonestado por un permisivoTeixeira Vitienes. Cuando recuperaban, los blancos exhibían verticalidad y seguían probando a Valdés con disparos lejanos, cabezazos y lo que hiciera falta. Parecía que podían marcar en cualquier momento pero, lo que es el fútbol, el gol se lo inventó Villa en el primer disparo a puerta de los azulgrana. ¡Y qué disparo! El 'guaje' la enchufó desde el pico izquierdo del área de un Casillas que nada pudo hacer ante el obús del asturiano (1-1, 35').
La maravilla de Villa dejó tibios al Madrid y al Bernabéu que casi sin tiempo vieron aparecer a Messi en una de sus fugaces carreras, quizá la única de mérito del partido, para colocar el segundo al filo del descanso. Robó el argentino, se coló entre los centrales y batió a Casillas en un mano a mano que el meta merengue debe empezar a temer hasta en sueños (1-2, 44'). El Bernabéu, que se las prometía muy felices, se iba al descanso viendo al Madrid por debajo en el marcador.
VA POR TI CESC
En el descanso del partido llegó la noticia más esperada por los culés en las últimas semanas. El secreto a voces, el fichaje más radiado de los últimos tiempos, era por fin oficial. Cesc será un refuerzo de lujo para un equipo que conoce y que lo quiere. Y, por lo visto en el césped del Bernabéu, un refuerzo que buena falta le hará a Guardiola porque pronto se les acabó la gasolina a los suyos. Sin oxígeno el Barça sufre para mantener el ritmo de sus rondos perfectos y ahí es donde el de Arenys dará un paso adelante.
En la segunda parte se vio un fútbol interrumpido. Entre el carrusel de cambios que hubo en los dos equipos, con debut de Coentrao incluido en el Madrid, y las faltas que siguieron utilizando como argumento, una vez más, los Pepe, Alonso y compañía, poco fútbol fluido se vio en el coliseo blanco. El Madrid tiraba de carácter para martillear la portería de un Valdés indefenso y víctima de una zaga demasiado poco rodada y fallona.
Suerte que los de Mourinho no tuvieron la puntería afinada porque en cuanto a ocasiones fueron muy superiores a los azulgrana. La entrada de Xavi y Piqué dio temple al juego del Barça pero los errores propios de este momento de la temporada siguieron dando opciones a un Madrid que expuso más brío.
Al final, los pupilos de Mourinho sucumbieron ante el acierto de un Barça menos rodado pero que, visto lo visto, lo tiene todo a favor para sentenciar en el Camp Nou el próximo miércoles. Quien sabe si ya con Cesc en sus filas...
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