Pep Guardiola tuvo que improvisar una retaguardia de circunstancias debido a las bajas por lesión de Puyol, Piqué, Alves, Maxwell y Adriano. Su once fue insólito, con una zaga de tres integrada por Abidal y dos centrocampistas 'reconvertidos': Mascherano -cada vez más habituado a jugar, y a brillar, como central-, y Sergio Busquets. Y lo que en cualquier otro equipo hubiera sido un quebradero de cabeza, para el Barça fue coser y cantar. ¿Faltan unos?. Pues juegan otros. ¿No hay defensas?. Pues lo mismo...
Y así fue como el Barça, con las dos Supercopas -la de España y la de Europa- ya en el bolsillo, empezó la temporada como un rodillo, dispuesto a ir a por un título más y a igualar el récord de cuatro Ligas consecutivas del 'Dream Team' de Johan Cruyff. El pulso con el Madrid promete ser titánico de nuevo. Seguro que, a 600 kilómetros de distancia, a José Mourinho no le gustó nada lo que vio. Motivos tiene para preocuparse.
Los azulgranas dieron su primer aviso con una doble ocasión en el 17'. Messi se plantó solo ante Diego López, y el meta castellonense despejó a córner como pudo. Y en el saque de esquina consiguiente, Busquets cabeceó el esférico al larguero.
Fue el preludio de lo que vendría después, un festival de juego colectivo. Con Iniesta haciendo y deshaciendo a su antojo en la media, con los 'novatos' Cesc y Alexis demostrando su enorme calidad -además de marcar, el chileno luchó a destajó presionando y recuperando balones-. Con Messi, como siempre: marcando a pares, de 10. Y con Thiago asombrando con su clase. El hispano-brasileño fue el autor del 1-0, en el 25'. Se internó por el centro como Pedro por su casa, y al llegar a la media luna del área, conectó un zurdazo que se coló raso y ajustadísimo al poste. Fue una gran acción individual.
Hoy parece mentira que, hasta hace muy poco, se debatiera sobre la conveniencia de fichar a Cesc Fàbregas. "¿Para qué, si ya está Thiago?", era la pregunta del millón. Pues bien, ya tiene respuesta. No sólo los dos tienen sitio en el once, sino que además son perfectamente compatibles. El 2-0, al filo del descanso, fue obra del de Arenys. Messi le sirvió un pase en profundidad desde la media, viendo un hueco imposible entre la zaga amarilla. Y Cesc, tras driblar a Diego López, marcó a puerta vacía (45'). La sociedad Leo-Fàbregas promete dar muchas alegrías esta campaña. Como ya ocurrió el pasado viernes en Mónaco, cuando entre ambos 'cocinaron' el 2-0 que sentenció al Oporto en la Supercopa de Europa.
Poco antes de ese gol, Víctor Valdés había aportado su granito de arena desbaratando un increíble doble remate de Rossi. El italiano se plantó solo ante él, el de L'Hospitalet despejó en primera instancia y, antes de que volviera a rematar a bocajarro, sacó el esférico sobre la línea.
La segunda parte fue igual o incluso mejor. Alexis marcó su primer gol como azulgrana culminando con sangre fía un contragolpe. Thiago le sirvió un gran pase en profundidad, y el chileno, veloz comoun rayo, batió a Diego López con un chut raso y cruzado en el área (3-0, 47').
Aún faltaba por sumarse a la fiesta Leo Messi. Había dado un gol en bandeja a Cesc, y llevado de cabeza a toda la defensa castellonense. Le faltaba el gol. y lo logró por partida doble. El 4-0, en el 51', después de driblar al portero tras una asistencia 'marca de la casa' de Andrés Iniesta. Y el 5-0, en el 75', culminando una magnífica acción colectiva. Thiago le dio el último pase y Leo, a bocajarro en el área pequeña, sólo tuvo que empujar el balón a la red. Y, de paso, logró una marca mítica: su gol 101 en el Camp Nou. Y, con 24 años que tiene, los que quedan por venir...
Fuente:www.sport.es
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