Ni modo no se pudo hacer nada contra el catenacho italiano, al menos se peleo hasta el final, con un gol de Pique, pero no alcanzo, como lo habia pensado se llegaron a meter atras, bueno tal vez el proximo año se gane la champions, ahora ha pensar en la liga el sabado contra el Villareal, aqui un resumen del partido:
El FC Barcelona no jugará la final de Madrid. Un gol de Piqué cuando el partido moría ha sido insuficiente para doblegar al Inter, el conjunto más rácano de los que han visitado el Camp Nou este año. Motta fue expulsado en el 28.
El Barça, como quería Guardiola, recuperó esta noche su sello futbolístico. Y aún así fue insuficiente para superar el planteamiento ultradefensivo de Mourinho y los suyos, expertos en la organización defensiva y en las pérdidas de tiempo. Se jugó poco y sólo al final, tras el gol de Piqué en el minuto 84, se rozó la remontada tan deseada por una afición que se entregó antes, durante y después del partido. El campeón se va por la puerta grande, tras certificar una vez más que es el mejor jugando al fútbol. Sin embargo, serán el Inter y el Bayern los que jugarán la final del 22 de mayo.
Dominio sin peligro
El partido nació y se desarrolló como estaba previsto. El Barça sería el dueño del balón -tuvo hasta un 84% de posesión en los minutos iniciales- y el Inter lo apostaría todo al contragolpe, a la espera de errores de peso en la construcción azulgrana. Sólo Pedro, en dos remates puntuales y desviados, amenazó con algo de peligro. El Inter se sentía comodísimo agazapado. Había impedido al Barça tener ocasiones claras durante media hora. Fue entonces cuando Motta propinó un manotazo en toda la cara a Sergio que le costó la roja directa.
Consecuencias de una roja
La roja a Motta acabó de retrasar al Inter. Eto’o y Milito, sus referencias ofensivas, se convertían en apoyos para Maicon y Zanetti en los laterales. Incluso al contragolpe renunciaban los italianos. Chivu, que entró en el once por la lesión de última hora de Pandev, ejercía ahora de Motta. El entramado defensivo visitante se mantenía intacto y sólo Messi, con un colocado tiro desde la frontal, hizo lucirse a Julio César, cuya única misión era perder tiempo. Al descanso, el resultado era el inicial.
Revolución ofensiva
En la reanudación el encuentro continuó igual. El Inter impedía que el Barça pasara de tres cuartos de campo. No había un solo espacio. Messi no podía jugar en vertical y, sin espacios, sólo podía mirar a las bandas. Y Samuel y Lucio estaban espléndidos en el eje de la defensa. A todo eso, se sumaban las incontables pérdidas de tiempo visitantes. Guardiola cambió el ataque: Jeffren y Bojan por Ibrahimovic y Sergio.
A la desesperada y con Piqué
La ansiedad era evidente en el conjunto azulgrana, incapaz de superar la barrera de diez hombres instalada por Mourinho. Al Barça le pesaba el hecho de jugar sabiendo que necesitaba dos goles y no sólo uno. Y el primero llegó en el minuto 84, cuando Piqué, que ya ejercía de ‘9’, se inventó una maravilla en el interior del área que dejó sentados a Julio César y Córdoba. Era el 1-0 que daba alas al equipo y a la afición. Sin embargo, ya era demasiado tarde. Había vencido el estilo de un rival que en el Camp Nou renunció al balón.
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