El técnico rayista planteó un partido valiente, acorde a lo que se espera de un admirador de Pep Guardiola como él. Pero el tiro le salió por la culata. Podía haber sido distinto de haber tenido un poco de suerte. Pero no fue así. "Ante el Barça acabas como los toreros: o sales por la puerta grande, o te envían a la enfermería", había advertido en la víspera. Y esto último fue lo que le pasó.
El Rayo llegó a meter el miedo en el cuerpo a los culés con su salida en tromba. En sólo tres minutos ya había dado dos avisos: Javi Fuego, con un chut desde la frontal, y un remate a bocajarro de Lass ante Valdés fueron su tarjeta de presentación.
El Barça sufrió en la primera media hora. Le faltaba velocidad y fluidez en su juego. Y eso a pesar de la recuperación de Andrés Iniesta, titular por fin tras su lesión. El manchego tuvo la primera ocasión local: un disparo desde el círculo central que casi sorprendió a Cobeño. El meta rayista despejó como pudo a córner.
Los madrileños estuvieron a punto de adelantarse en el 22' con un centro-chut de Míchel. Valdés se confió y su rechace, corto, se estrelló en el larguero. Poco después, en el 26', Iniesta replicó con un 'misil' desde el vértice del área que salió alto por muy poco.
El Barça no acababa de encontrar su sitio en el campo. Messi estaba casi desaparecido en combate. Suerte que Alexis Sánchez apareció para tomar su relevo. El chileno, al que los culés apenas han podido ver a causa de la lesión que sufrió a principio de temporada, empezó a justificar el elevado coste de su fichaje con su mejor actuación con la camiseta azulgrana. Los dos primeros goles fueron obra suya.
En el 1-0, el 'Niño Maravilla' demostró algunas de las cualidades que le llevaron al estrellato en el Udinese: rapidez y una técnica exquisita. Messi inició la jugada y le cedió el esférico. Alexis lo recibió en la frontal. Y, tras entrar en el área, dejó sentado a Arribas con un quiebro eléctrico: 'recortó' con la izquierda, disparó con la derecha... y su chut de rosca, tras tocar en el poste, entró en la red. Un golazo de auténtico 'crack' (1-0, 29').
El 2-0 sólo se hizo esperar diez minutos. Messi asistió en profundidad desde los tres cuartos del campo. Xavi, entrando por el punto de penalty, tocó de tacón de forma aparentemente involuntaria... y el rebote llegó a Alexis que, entrando solo por la izquierda, marcó a placer.
El segundo tanto del chileno dio por fin la tranquilidad a un Barça que, poco antes, había vuelto a hacer otro 'regalo' defensivo: Míchel, solo ante Valdés, remató alto.
Los de Guardiola resolvieron el partido poco antes del descanso gracias a un gol de Villa. Por fin pudo el asturiano romper su sequía realizadora. El tercer tanto nació de las botas de Piqué que, incorporado en ataque, dio un pase en pronfundidad a Alves como si de Xavi se tratara. El brasileño tocó de primera en el área y el 'Guaje', solo en el segundo palo, sólo tuvo que empujar el balón dentro (3-0, 42').
Faltaba el gol de Messi. El argentino se puso las pilas tras el descanso. Y el 4-0, en el 49', llevó su firma. Una auténtica maravilla. El '10' del Barça entró por la derecha, ubicado como extremo. Y, tras zafarse de Javi Fuego con un cambio de ritmo estratosférico, encaró a Cobeño, al que batió con un chut raso y ajustado al segundo palo.
A partir del cuarto tanto, el partido aún tuvo más historia. Como el cambio de 'cerebros' en el 55'. Xavi e Iniesta cedieron su sitio en la media a Thiago y Cesc. Y las ocasiones siguieron sucediéndose sobre la portería madrileña. Villa, en el 70', y Messi, tras un espectaculat autopase en el 77', estuvieron a punto de sellar la 'manita'.
El 5-0 no llegó, pero sí una acción para la polémica. Al filo del final, Piqué vio su quinta cartulina amarilla por perder tiempo al sacar una falta. Una amonestación que le impedirá jugar el sábado ante el Levante, por lo que llegará 'limpio' al derbi del Bernabéu. A buen seguro que, desde el entorno madridista, hablarán hasta la extenuación de la anécdota del partido.
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